Walt Disney decía “Tú puedes soñar, crear, diseñar y construir el lugar más increíble del mundo, pero se necesita gente para que todo eso se convierta en realidad”. Una organización es lo que es, por todas y cada una de sus personas. Porque, al fin y al cabo, una organización sin personas no sería más que un edificio vacío.
Hasta no hace mucho se pensaba que al trabajo los empleados debían de llegar “con la motivación puesta de casa”, ni que decir de ser feliz. Ese era su problema, no el de la empresa.
Son muchos los estudios que demuestran que una persona feliz y satisfecha en su puesto de trabajo, está más motivada, es más productiva, creativa, empática y cooperativa, además de los beneficios que esto tiene sobre su salud.
En la actualidad, son cada vez más las empresas que apuestan firmemente por un cambio dentro de su cultura organizacional, donde el foco está en las personas. Estas empresas son conscientes de que son sus trabajadores aquello que las hace únicas e irrepetibles, son ellos la clave de su éxito empresarial. Bajo esa premisa, tratan de cuidarlos generando un ambiente laboral estimulante, equilibrado, positivo y saludable.
Invertir en la felicidad de tus empleados no es una moda. Promover la felicidad permite a las empresas, además de retener el talento, ser más innovadoras y competitivas.
20 pasos para crear un entorno laboral óptimo:
- Apreciar: Aprecia y valora a las personas que te rodean.
- Conocer: Interésate por ellos, habla con ellos, conócelos.
- Nosotros: Sé uno más y deja que te conozcan.
- Creer: Cree en tu equipo y en su potencial.
- Feedback: Proporciona feedback positivo, a menudo y de forma inmediata.
- Reconocer: Reconoce el esfuerzo y la dedicación.
- Comunicar: Facilita una comunicación bidireccional, en la que ellos puedan expresar también sus opiniones.
- Empoderar: Descubre sus talentos y hazlos brillar.
- Claridad: Define los objetivos claramente y proporciona las herramientas necesarias para conseguirlos.
- Cuidar: Trabajas con personas no con máquinas, respétalas y atiende sus necesidades.
- Transparencia: Sé transparente, evitarás malos entendidos y “chismes de pasillo”.
- Delegar: Confía, delega y da poder de decisión.
- Ejemplo: Enseña desde el ejemplo, no desde la intención.
- Confiar: Sé alguien en quien se pueda confiar y al que se pueda recurrir cuando exista una dificultad.
- Permitir: Acepta y permite el error como parte de la mejora de tu equipo.
- Celebrar: Celebra lo positivo, cada día.
- Cooperar: Promueve la cooperación y sinergia.
- Escuchar: Escucha y ten en cuenta sus ideas y propuestas.
- Hablar: Explica las razones de tus decisiones.
- Pasión: Haz lo que amas y ama lo que haces.
Ahora ya sabes por dónde empezar, ¿a qué esperas para apuntarte al cambio?
Un saludo y buen camino.
Psicóloga, Coach Ejecutivo y Experta en RRHH.
Directora de Personas en Positivo.