Ya hemos hablado de la importancia que tiene consolidar una cultura corporativa fuerte en las empresas de hoy. También dedicamos un post a hablar de los beneficios de introducir el juego en las organizaciones. Pero, nada de esto tendría sentido sin un nexo de unión fundamental: la actitud. Porque la actitud es algo que no sólo se limita a las personas. Al igual que nosotros podemos tener una buena o mala actitud, las empresas también pueden, influyendo sus resultados en su devenir y cuenta de resultados.
¿Por qué es tan importante la buena actitud en una empresa? Porque a diferencia de lo que ocurre con los individuos, en las empresas las actitudes pueden copiarse. Esto quiere decir que si hay personas que suelen profesar una actitud negativa dentro de nuestra compañía, el hecho de que trabajen en un ambiente feliz y positivo puede lograr que cambien su forma de pensar y actuar. Y está claro que esto no se consigue por arte de magia, ya que las actitudes se entrenan.
Como líder de la organización, te corresponde tener un papel activo y ser el mayor artífice de este entrenamiento en tu empresa. Yendo al terreno práctico, hace unos años decidí introducir un método innovador en mi compañía, C&G IT Solutions, para que las personas se dieran las gracias entre sí. No es otra cosa que Paconica. A día de hoy, esta solución está aceptada plenamente por el equipo, forma parte de su trabajo diario y refuerza su actitud positiva. Sin embargo, llegar a estos resultados no ha sido fácil, en el camino hay que considerar una serie de factores imprescindibles para poder alcanzarlo.
Es por eso que hoy te traigo un plan de entrenamiento de actitudes que toda empresa actual debe considerar, con 8 puntos clave a tener en cuenta:
1. Da feedback. Para mejorar la actitud de tu equipo, lo primero que debes hacer es darles una retroalimentación continua y sincera.
2. Céntrate. No permitas que tus personas se pierdan en el camino, deja claro cuáles son los objetivos de la empresa para orientarles hacia los resultados.
3. Resalta lo mejor. Es más que feedback, se trata de feedback positivo. Te corresponde a ti encontrar el talento oculto de cada persona de tu organización y potenciarlo.
4. Sé específico. No basta con decir “no me gusta tu actitud”, hay que ser específicos. Para entrenar actitudes, la persona primero debe saber qué cosas concretas mejorar o cambiar.
5. Habla de “nosotros”, no de “yo”. Todos jugamos en el mismo equipo. Entonces, deja a un lado tu ego y piensa en “nosotros”.
6. Haz encuestas. Las encuestas de clima son ideales para saber si tu cultura de empresa realmente está cambiando, utilízalas en tu beneficio.
7. Humano, ante todo. Los líderes no somos para nada seres divinos, sino terrenales. Comunícate de forma abierta y horizontal, que no haya barreras entre departamentos o jerarquías.
8. Evita encuentros negativos. Un estudio realizado por la Sociedad Británica de Psicología señala que un intercambio negativo con el jefe afecta cinco veces más al estado de ánimo de un trabajador que un intercambio positivo.
Merece la pena dedicarle tiempo a reforzar las actitudes positivas de nuestro equipo con acciones de este tipo. Porque una buena actitud genera optimismo, confianza, creatividad, resolución de conflictos, logros, motivación y foco.
Coach especializado en equipos y en transformación y construcción de cultura corporativa.
CEO y fundador de Feedbalia.