Jugar no es cosa de críos: beneficios de aplicar la gamificación a tu cultura de empresa

“Un equipo feliz, obtiene mejores resultados”. Sin lugar a dudas, una afirmación muy presente entre los asistentes y organizadores del evento Happiness Works 2016, celebrado ayer en Portugal, y al que tuve el placer (y el honor) de asistir como ponente. Una cita a la que acudieron destacados directores de recursos humanos de todo el mundo y dónde se debatió sobre la importancia de generar espacios de trabajo felices. Ya lo dije en otro post: el salario emocional es algo que no se puede comprar con dinero. Tu cultura de empresa es irrepetible y difícilmente replicable. Pero, ¿qué recursos nos permiten fomentar esa cultura feliz, incrementar nuestro employee engagement y, por supuesto, obtener los mejores resultados?

Está claro que las posibilidades son varias. Pero desde un punto de vista práctico y bajo mi propia experiencia, mi ponencia versó sobre el juego. Jugar en la empresa, ¿por qué no? Los adultos también necesitamos jugar. Porque un adulto que juega es una persona que se enfrenta de manera creativa a los desafíos del día a día. Incrementa su aprendizaje, sus niveles de participación, conoce mejor a las personas de su entorno, se motiva con competir y, lo más importante, ¡se divierte!

Hablamos de emociones y esto no es otra cosa que pura química. ¿Sabías que cuando jugamos nuestro cuerpo produce hormonas que nos motivan? Hablamos de la dopamina, la serotonina o las endorfinas. Hormonas que mejoran nuestro estado anímico, combaten el estrés y nos impulsa a seguir superando retos.

Y todo esto se traduce con una palabra que hoy en día está muy de moda: gamificación. Es decir, añadir características de juego a tareas, procesos y objetivos de la empresa, con el fin de hacerlos más motivadores y atractivos. Desde hace tres años, es lo que hacemos en mi propia empresa con Paconica. En mi organización, cerca de 150 personas se dan las gracias cada día entregándose medallas virtuales. ¿El resultado? Hacemos que los empleados sean más felices, tanto que, gracias a esta herramienta, hemos logrado reducir el absentismo en un 20% en tan sólo dos años.

Para que una actividad gamificada triunfe tiene que motivar y ser divertida

Si crees que esto de gamificar resulta demasiado novedoso para tu empresa, sólo tienes que echar un vistazo a los grandes beneficios de aplicarlo en tu cultura corporativa:

1. Aumenta tu employee engagement. Según resultados de encuestas publicados por Gallup, se estima que sólo un 13% de los empleados de todo el mundo está comprometido y motivado con su trabajo. La gamificación le da un vuelco a todas estas encuestas, logrando justamente el efecto contrario.

2. Consigue participación y resultados. Con las actividades gamificadas aumentamos la motivación de las personas, y esto hace que se impliquen más en el trabajo a realizar. Volvamos a los estudios. Gartner afirma que el top 20 de compañías referentes en gamificación aseguran haber incrementado sus ingresos en un 250% con respecto a la competencia.

3. Identifica talentos. Como los empleados contribuyen y son reconocidos en la empresa, la compañía puede identificar claramente quiénes son sus futuras estrellas y líderes.

En definitiva, ¿por qué gamificar? Porque consigue motivarnos. Porque provoca emociones positivas. Porque jugar nos divierte. Y, desde luego, porque nos gusta obtener logros y recompensas. Se espera que en 2018 la gamificación genere 5.500 millones de dólares y tenga una tasa de crecimiento anual del 67,1%. ¿A qué esperas para dar el salto?