La evaluación en tiempos del teletrabajo

¿Y ahora qué?

Entramos en una fase de adaptación al nuevo paradigma de trabajar desde casa. Muchas empresas de nuestro país ya llevan varias semanas con el teletrabajo implantado.

Los medios tecnológicos nos permiten estar conectados y en comunicación fluida y constante. Ante esta etapa de crisis la solución o propuesta para seguir siendo productivos y eficientes parece clara: más digitalización.

Si bien transcurridos dos meses aproximadamente del decreto del estado de alarma nos surgen algunas cuestiones: ¿cómo mido el rendimiento de las personas que están en casa? ¿de qué manera aseguro la continuidad en el desarrollo de sus competencias? ¿Cómo gestiono sus planes de acción?

Las personas y los equipos tienen que continuar con su desarrollo personal y profesional durante el desempeño del teletrabajo, siendo clave establecer planes de acción que les ayuden a alcanzar sus objetivos a nivel personal y departamental y que contribuyan al objetivo global o la misión que tenga la compañía en esta etapa que ya ha comenzado.

Evaluación online

¿De qué herramienta disponemos para la evaluación del desempeño, el desarrollo en competencias y seguimiento de los planes de acción?

En feedbalia lo tenemos claro.

La opción por la que nos decantamos es una evaluación online ágil, intuitiva, de rápida implantación y cuyos hitos a evaluar sean plenamente configurables.

La reunión presencial entre compañeros, con los mánager y jefes de equipo han perdido fuelle en la situación actual, la necesidad imperante nos obliga a poder evaluar a distancia.

Siguiendo con las funcionalidades que debe tener el sistema de evaluación online es necesario que tenga algunas de carácter mínimo.

Realizarse por varias personas a la vez. En infinidad de situaciones en una empresa una misma persona puede tener más de un responsable y la herramienta que tengamos implementada nos debe permitir dar ese feedback de forma simultánea por varias personas a la vez, estén donde estén ubicadas.

Con experiencia probada en el acceso de decenas de miles de usuarios a la vez, sin que esto suponga la pérdida de velocidad a la hora de ejecutar las acciones necesarias en la aplicación, y plenamente integrable con sistemas de terceros, tenido siempre un ojo en el futuro sin que este llegue nunca a sobrepasarnos.

Que permita variar la periodicidad con que se realiza y los pesos porcentuales de cada hito de forma rápida y sencilla.

Que tenga toda la potencia de una evaluación 360ª y se pueda limitar de la forma que consideremos adecuada a cada momento, asignando nuevos responsables y gestionando los cambios de departamento de las personas.

Una visión clara de la estructura organizativa que además se pueda variar en pocos segundos.

La cesión de la evaluación a una persona de un mánager a otro de forma inmediata debe ser requisito obligatorio, especialmente en aquellas empresas que trabajan por proyectos, donde la adaptabilidad y la agilidad a la hora de cambiar equipos y enfocar nuevos trabajos es clave.

¿Qué hitos debemos evaluar?

Normalmente, los objetivos individuales serán básicos e indispensables, pero hay que complementarlos con otras cuestiones clave para el desarrollo de las personas.

Es aquí donde entran los planes de acción. Hay que establecer una serie de acciones que vamos a llevar a cabo para tratar de alcanzar un objetivo determinado.

Estos deben ser medibles en el tiempo, tener una periodicidad determinada, sea trimestral, semestral o anual y, por supuesto ha de tener unos indicadores cuantitativos que nos permitan saber si hemos alcanzado el compromiso adquirido, estando este en consonancia con la misión de la organización o su visión estratégica.

Modulables en cuanto a su contenido. La agilidad a la hora de modificar el contenido de un plan de acción es fundamental. Ante un cambio de paradigma como el actual, para muchas compañías sus objetivos y estrategias en el medio plazo se habrán visto afectadas. Para ello es necesario que tanto el responsable como los miembros del equipo puedan dar feedback en este sentido, planteando nuevos horizontes respecto al plan de acción establecido hace 2 meses pero que ya ha quedado desfasado.

Además, la flexibilidad para adaptarse a cada sistema de evaluación que tenga cada compañía es determinante, en función de la cultura corporativa de esta.

La evaluación orientada a las competencias, a la misión o el modelo OKR (Objectives & Key Results), basado en unos objetivos y resultados clave vinculados a estos, son algunos de los ejemplos de evaluación más extendidos y que ahora van a cobrar una importancia casi definitiva.