¿Trabajas con personas pollo o pato?

¿Te has parado alguna vez a pensar qué ocurre si mojas a un pollo? No hace falta darle mucho a la imaginación. Se encontrará nervioso, incómodo, hecho una furia. Tratará de sacudirse el agua lo más rápido posible, porque su único anhelo es estar como antes. En cambio, ¿qué pasaría si al que mojases fuera un pato? La reacción será muy distinta. Estará feliz, se sacudirá y seguirá hacia adelante, porque por mucha agua que le lancen el pato seguirá graznando cómodamente.

¿Y tú cómo reaccionas? Cuando alguien te lanza agua, ¿te comportas más como un pollo o como un pato?Está claro que esta metáfora encierra una enseñanza en términos de coaching y que se puede aplicar a todas las personas de tu organización. Porque cuando tú mismo, o los responsables de tu compañía, os encargáis de dar feedback a los demás, ¿cuidáis la forma en la que lo hacéis? En más de una ocasión, estas personas percibirán la información que le damos como un jarro de agua fría, es decir, como hacen los pollos. ¿No sería mejor que se comportaran como los patos?

Al igual que con la actitudes, no hay la menor duda de que el feedback que necesitamos para consolidar una cultura corporativa fuerte es el feedback positivo.

Trabajar bajo circunstancias difíciles lleva a muchos gerentes a proporcionar retroalimentación negativa a sus empleados tras algún problema o error. ¿Te puedes hacer una idea de hasta qué punto un comentario negativo puede afectar a la moral y a la productividad de tu equipo de trabajo? Hablar de feedback es como hablar de feedback emocional. Como seres emocionales que somos, a las personas nos afecta claramente el qué dirán de nosotros. Y si la información que proporcionamos a los nuestros es cuidada y tiene un claro enfoque al desarrollo y la mejora, evidentemente ejercerá un cambio en la motivación de nuestros colaboradores. 

Cambios en el compromiso. Las personas no queremos aquello que nos causa sufrimiento o dolor, al contrario, abrazamos aquello que nos genera placer y bienestar. En el trabajo ocurre exactamente igual. Si nos centramos sólo en resaltar fracasos, los empleados se distanciarán. Si cuidamos nuestra forma de dar feedback, generaremos compromiso, o mejor dicho, employee engagement. Porque todo esto incentivará a las personas a comunicarse, a compartir nuevas ideas, en vistas a mejorar la organización en su conjunto.

Cambios en el rendimiento. Un refuerzo positivo influye de forma directa en la productividad global de la empresa, ya que aumenta el rendimiento del equipo. A la larga, un buen rendimiento es garantía de beneficios para las empresas.

Cambios en el comportamiento. Una de las ventajas más destacadas del feedback positivo es que estimula directamente los comportamientos que la empresa (o mejor dicho, los líderes de la misma) desean que se repitan en el seno de la organización y en su cultura. Señalar buenos comportamientos es un mensaje directo a la propia persona, dentro de su contexto habitual de trabajo, reforzando claramente las conductas deseadas.

Te sorprenderá saber cuánto influye el tipo de feedback en la motivación de las personas. ¿Aún sigues queriendo ser un pollo? Pásate al feedback pato y transforma la cultura de tu empresa para siempre.